martes, 30 de octubre de 2007

Soy demasiado transparente…

Excesivamente cercana, siempre le ha resultado fácil adivinar lo que pienso y continúa metiéndose dentro de mí, aunque finja que lo estoy echando fuera. El argumento es solo pasable, y mi actuación no llega a mediocre. Después de estar con el, me siento indefensa, desarmada y, lo peor de todo, insegura. De repente, pierdo la convicción, la consistencia, quedo a la deriva. Sin embargo… sin embargo, es bueno verlo, abrirme a él, dejarlo hablar, ayudarlo, lo mucho o lo poco que puedo, con mi proximidad y mi eterno apoyo en la peor fase de su vida.






Querer a una persona debe ser eso. Querer sin interferir, desear sin poseer, amar sin exigir. Es ridículo pensar así. Pero es la verdad, la más pura de las verdades.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gorda que bueno que hayas reabierto tu blog, me gusta. besotes.

María dijo...

Cuanta razón tenes. Te quiero mucho mucho mucho. Y a tu hija también. Las quiero, a mi prima preferida y a mi sobrina.
Besos
FER

Mechi.- dijo...

No es ridiculo.. es ciertoo!

Y dicen que es lo mejor que te puede pasar ¿? Yo creo que tendria que ser un ida y vuelta...