viernes, 19 de diciembre de 2008

Ya no pido más deseos cuando paso debajo del puente y justo pasa un tren
Ya no miro más el cielo esperando encontrar una estrella fugaz
Ya no creo en la suerte ni en la casualidad
No creo siquiera que el destino sea algo real
Ya no creo en Papá Noel ni en los Reyes Magos aunque los haya visto hace unos años paseando en un descapotable por Bariloche.
Ya no creo en las palabras de las personas que no saben sostener la mirada ni sincerar el corazón.


Sólo creo en su manito que encuentra la mía en todo momento y en cualquier lugar.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Cosas tontas..


Cuando adentro no hay nada que valga la pena mencionar, adornamos afuera creyendo que así, tal vez (sólo tal vez) parezcamos un poco interesantes.

Cuando no hay ni una pizca de alegría en el interior, intentamos adornar el exterior con una sonrisa (de plástico, obviamente). Como si no fuera obvio que la tristeza nos invade.

Cuando estamos seguras de que el amor desapareció de nuestra vida para siempre, llenamos nuestros días de relaciones sin compromiso.
Como si fuera posible alimentarse de golosinas.


Y cuando llueve salir sin paraguas creyendo que la lluvia nos va a limpiar de todo tipo de impurezas.
Como si pudiera la lluvia penetrar en nuestras almas.

Intentar no mirar el pasado pensando que el futuro es lo que importa, los proyectos.
Como si mirar al pasado no nos enseñara qué aplicar y qué no en el futuro.

Llorar, llorar, llorar y llorar hasta que sintamos que nos deshidratamos a propósito.
Como si las lágrimas fueran a aliviar todo el dolor y la bronca.

Reir, reir, reir y que nos duela la panza de risa. Y cuando nos duele la panza reirnos más por lo absurdo que es ese dolor de panza y por habernos olvidado de qué nos reiamos hace una hora.
Claro que la risa alivia todo tipo de angustia.






the end