lunes, 3 de diciembre de 2007

del 2004

Mirada sobre mi nuca, mirada de águila.
Distante pero presente, sin pensar en la tierra.
Mirada oceánica, azul y profunda.
Imposible ignorar sus pestañas
Como cortinas que no dejan entrar la luz.
Mirada de odio o de amor
No es fácil distinguir de cual pasión me habla.
Es la angustia y es la emoción de sentirse vivo.

1 comentario:

Jesus Dominguez dijo...

La duda, que gran fuerza humana.

Un saludo